20 abril, 2006

MIS CONCEPTOS BASICOS.-

Paralelismo entre dos grandes toreros: José Gomez Ortega, "Gallito" y Luis Miguel.
DECLARACION DE INTENCIONES.
Como aficionado a nuestra Fiesta me preocupa y me interesa mucho el Toro Bravo. No es que me defina como “torista”, que no lo soy, pero nunca le “he perdido la cara” al toro, porque ello me hubiese supuesto perderme la mitad, cuando menos, de la Fiesta y no me quiero perder nada de ella.
Se llaman Plazas de Toros, no de toreros; luego el toro es fundamental. Se llaman Toros de Lidia, luego es necesario el conocimiento ineludible para saber lidiar: y la tranquilidad de espíritu necesaria para pensar en la cara de la res, en décimas de segundo – en eso reside el valor – por ello es tan difícil ser “figura”, por ello y porque la regularidad – tan complicada de mantener en cualquier faceta de la vida – aun más lo es en profesión tan espinosa. Y porque son pocos los seres inteligentes y “en esto” hay que serlo y mucho, mucho más que para el ejercicio de cualquier otra profesión.
Como nunca he sido matarife, me despreocupo, pues, del peso de los bureles. Me interesan, su edad y su trapío. Sin edad o sin trapío, no hay emoción, no hay seriedad y a cualquier cosa que se haga “delante de”, es necesario ponerle un “coeficiente de minoración”. Es verdad: los utreros – incluso afeitados – también cogen y, en ocasiones, hasta hieren. Pero a quien piense en el final de Manolete, que se acuerde mas del plasma en mal estado que le suministraron – que fue lo que determinó su muerte - que en las astas del miura “Islero”; la cornada, en si misma, no era mortal. Por cierto, que aquel utrero vivió mas de tres años en su ganadería con el nombre de "comunista". En los corrales de la Plaza de Linares, la Autoridad, le cambió el nombre: estamos hablando de 1947 y, en España no había comunista niguno.
Y se denominan Matadores de Toros, por lo que jamás comprendí que pudiese ser cierto “perder la oreja” por el estoque: considero que, con la espada, se ganan las orejas, nunca se pierden porque no se tenían ganadas de antemano, sino que el “espada” – que así les gusta llamarse – estaba en vías de conseguirlas, pero nada mas
Mi torero no es el que mas bonito lo hace, ni el que mejor torea de salón, sino aquel al que “más toros le caben en la cabeza”. El que me sorprende, por ejemplo, con un cambio de terreno que, después, se demuestra atinado. El que sabe, el que lidia, el que domina terrenos y querencias, en definitiva, el que tiene “sitio”. Y si, además sopla el duende, llega la inspiración y el artesano - que el toreo es un oficio, aunque se empeñen en otra cosa los "cursis del lugar" - se muestra como artista, miel sobre hojuelas.
He tenido que cumplir los sesenta, para atreverme a escribir de asunto tan complicado. Mi imperecedero recuerdo a Don Gregorio Corrochano – también director del diario “España” de Tánger – quien tanto insistió de enseñarme durante mis años mozos en Ceuta. De su palabra y su pluma y del “sitio” de Luís Miguel Dominguín en los ruedos, bebí para intentar comprender, valorar y comparar.

1 comentario:

Jose Morente dijo...

Creo que Comunista era el nombre del toro de la alternativa de Pascual Marquez, no el de Islero

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