17 julio, 2007

ESPLÁ SALE DE LA UCI.-


ESPLÁ SALE DE LA UCI Y SE RECUPERA EN PLANTA DEL GRAVE PERCANCE QUE CASI LE CUESTA LA VIDA.
EL DIESTRO RECIBIÓ EL DOMINGO TRES CORNADAS MIENTRAS ACTUABA EN LA PLAZA FRANCESA DE CERET: UNA EN EL PECHO; OTRA EN LOS TESTÍCULOS, QUE QUEDARON DESTROZADOS, Y LA TERCERA EN EL ROSTRO, PROVOCÁNDOLE PARÁLISIS PARCIAL.
Podría haber sido una tragedia, pero no llegó a tanto. Luís Francisco Esplá pasó ayer a una habitación de planta, después de superar la noche del domingo y parte del lunes en la UCI. Los médicos del hospital Medipol de Perpignan, donde se encuentra internado, centran su preocupación en la cornada por asta de toro de la cara, entre la oreja y el ojo (en la parte derecha). Esta herida muestra cierta complejidad. Podría haber parálisis en algún punto, concretamente en la ceja derecha, ya que un nervio está afectado. El torero se encuentra - en esta parcela- en manos de uno de los mejores cirujanos plásticos de Francia, que ha asegurado que en cuatro o cinco meses podría recuperar la movilidad. En cuanto a la cornada del pecho, está controlada. En un principio, parecía de extrema gravedad porque pasó justo entre el pulmón y el corazón, pero no afectó órganos vitales, y el percance quedó en un boquete en el pecho. El cirujano doctor Mur, tras la operación, indicó al apoderado, Paco Sánchez, que la capacidad torácica del diestro, y sus condiciones físicas eran excepcionales, teniendo en cuenta que el mes que viene cumple 50 años. La noche del domingo, tras descartar la peligrosidad en la herida del pecho, los esfuerzos de los doctores se dirigieron a reconstruir la bolsa escrotal, con grandes destrozos. «La operación fue bien -señala su apoderado- se ha reconstituido toda la zona, y hay que ver ahora si funciona, de momento está drenando de forma correcta». Luís Francisco Esplá fue cogido por el primer toro de la tarde en el coso francés de Ceret, cuando estaba finalizando su faena de muleta. El viento había molestado mucho durante la misma, y el toro del Cura de Valverde tenía peligro. Había estado firme, aunque con alguna precaución, alargando un tanto la faena. En un descuido, cuando se disponía a coger la espada, cambió la muleta de mano, y el toro hizo por él, quedándose sin el engaño y a expensas del animal, que le propinó las tres cornadas. El diestro quedó inerte en la arena. La corrida se suspendió durante 45 minutos, a instancia de Juan José Padilla, por el vendaval tremendo y la incertidumbre sobre el estado del matador. En la enfermería se vivieron momentos de tensión. Esplá sufrió un desvanecimiento y perdió la consciencia. La recuperaría poco después al ser trasladado al hospital. Lo que más preocupaba en esos primeros momentos era la cornada en el pecho, pero los médicos no apreciaron grandes destrozos - a pesar de estar en un punto vital -. Le llevaron en helicóptero al hospital de Saint Pierre, donde le intervinieron del tórax. Más problemático era el inmenso destrozo en el paquete escrotal, que requería una intervención muy concienzuda, por la que fue trasladado en ambulancia a la clínica Medipol de Perpignan donde había urólogo de guardia. Allí se le practicó una delicada operación en el escroto, de la que los doctores salieron contentos. También se examinó y acabó de curar la herida de la cara. Por la noche, ya descansaba en la UCI. Ayer por la mañana, las personas del entorno del diestro, en el hospital, se turnaron para visitarlo en la UCI, ya que cada uno contaba con minuto y medio para estar con él. Uno de los subalternos, Domingo Navarro, tercero de la cuadrilla, comenta: «Al verlo personalmente nos hemos quedado tranquilos. En un principio nos asustamos mucho, porque no sabíamos el alcance. Es el Esplá de siempre, quitándole importancia a las cosas y sonriendo». Salió de la UCI a las 9:45 de la mañana, y se le hicieron unas radiografías, porque el doctor Mur no veía algunas cosas claras. A las 10:30, se le practicó una extensa cura, retirando los drenajes anteriores y poniéndole los nuevos. Según las previsiones de los médicos, si no surge ningún contratiempo, Esplá podría emprender viaje en ambulancia con destino a Alicante pasado mañana (jueves 19). Lo que resulta muy aventurado es saber la fecha de su reaparición.
José R. Palomar.
Luís Francisco Esplá se ha ganado en los últimos años el título de maestro en tauromaquia, otorgado unánimemente por toreros y aficionados. Esplá nació el 19 de junio de 1958 y se presentó en público el 21 de julio de 1974 en la plaza de Benidorm. El debut con picadores se produjo el 22 de diciembre de ese año en Santa Cruz de Tenerife. Tomó la alternativa en Zaragoza, el 23 de mayo de 1976, con Paco Camino como padrino y El Niño de la Capea como testigo. Las reses fueron de El Cordobés.
Confirmó el 19 de mayo de 1977 con reses de Martín Berrocal y con Curro Romero como padrino y Paco Alcalde por testigo. Desde entonces, Esplá se ha caracterizado tanto por su facilidad banderilleando como por su sabiduría y conocimientos en la lidia. El alicantino formó parte durante varias temporadas del denominado cartel de los banderilleros junto a Víctor Mendes y El Soro. En el plano artístico, Esplá intenta recuperar las esencias del toreo en cada gesto, desde sus vestidos de torear de sabor añejo a su colocación en el ruedo o su capacidad para dar a todos los toros la lidia que les corresponde, incluso alejado de los cánones estéticos actuales.
Durante las últimas temporadas, Luís Francisco Esplá se ha convertido en un referente, lidiando poco más de una veintena de festejos por temporada, en muchos casos de hierros de los denominados "toristas". Su último gran éxito lo tuvo en la Feria de Otoño de Madrid de 1999, en la que cortó dos orejas a un impresionante toro de Victorino Martín tras una lección de torería y conocimiento.

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