02 septiembre, 2007

DON GREGORIO CORROCHANO.-


EL PERIODISTA QUE BAUTIZÓ A LA PLAZA DE TOROS DE MELILLA. UN ENAMORADO DEL NORTE DE ÁFRICA Y DEL MUNDO DE LOS TOROS.
Gregorio Corrochano nació en el año 1882, abandonó los estudios de ingeniería para abrazar con fuerza su gran pasión, la literatura, los toros y el periodismo. Después de trabajar en varios periódicos de Madrid, engrosó la redacción del diario monárquico ABC. Donde destacó por sus certeros comentarios taurinos y acerca de las campañas militares en el Protectorado español en Marruecos. A partir del Desastre de Annual, en 1921, inició su carrera como corresponsal de guerra con enorme éxito. Además la común afición a los toros lo unió en fraternal amistad con el general José Sanjurjo. El popular y carismático militar encargado de dirigir la guerra y que siendo comandante general de Melilla apoyó la Fiesta Nacional con tal entusiasmo que nuestra ciudad no conoció igual momento de esplendor taurino en toda su historia. Como corresponsal de guerra con frecuentes visitas a Melilla, G. Corrochano debió de intervenir decisivamente en el impulso y mantenimiento de la época dorada de la afición taurina en Melilla. En la segunda mitad de los años veinte del pasado siglo hicieron el paseíllo aquí los mejores diestros nacionales.José Sanjurjo al poco tiempo de tomar posesión del cargo de comandante general de Melilla facilitó la construcción de una plaza de toros provisional en terrenos de la Real Sociedad Hípica Militar. Un coso inaugurado el 30 de julio de 1924 capaz de albergar a cuatro mil seiscientos espectadores, y que se mantuvo en pie hasta el año 1936. Diez años después, en 1946 y al ponerse en funcionamiento la actual plaza de toros de Melilla, Gregorio Corrochano la denominaría “Mezquita del toreo”. Nombre que fue muy bien acogido por todos y que ha llegado felizmente hasta nuestros días.
PERFIL BIOGRÁFICO.
Vino al mundo en la población de Talavera de la Reina, provincia de Toledo, el día 8 de abril de 1882. En el seno de una familia de agricultores y ganaderos. Terminado el bachillerato, en el año 1900 marchó a Madrid para emprender los estudios de la carrera de ingeniero de caminos.Aficionado desde muy joven a la literatura, pronto en una prestigiosa publicación catalana le aceptaron un artículo. Primer artículo que le hizo con entusiasmo orientarse hacía las letras, mientras descuidaba los estudios técnicos. Llamado por las musas del periodismo, pasó a formar parte como meritorio del rotativo de Madrid “La Mañana”.En ese diario comenzó a escribir críticas teatrales, y taurinas de forma accidental, al no poder asistir a una corrida el crítico habitual de “La Mañana”, Corrochano lo hizo en su lugar. Con tal éxito que incluso fue felicitado por el director del diario. Esta faceta de crítico de toros de nuestro periodista no la retomaría hasta pasado algún tiempo. Tras dejar “La Mañana” escribió para la revista “Ecos” y después en el diario “ABC”. Encargándose en este último de las labores de redacción y calle, tribuna y pasillos del Senado y gobernación. Y al fallecer el crítico taurino de “ABC”, el fundador y propietario del diario le encomendó la sección vacante. Como la tarea era de gran responsabilidad, Corrochano se opuso. Más finalmente aceptó el ofrecimiento ante la insistencia de Torcuato Luca de Tena, quien le puso como única condición: “Con que no confunda usted un par de banderillas con una estocada, me basta. Usted será cronista taurino”.A la muerte de Gregorio Corrochano el diario “ABC” publicó una extensa semblanza de él. Interesante y documentado recuerdo, algunos de cuyos párrafos rescatamos a continuación: “A Marruecos fue como corresponsal de guerra en 1921. Allí permaneció durante toda la campaña. Escribió “Mektub”, una novela que tenía como tema de fondo nuestro problema del Protectorado. El choque de dos razas, de dos religiones, las divergencias y afinidades de hispanos y marroquíes. En Marruecos le cogió el comienzo de la Cruzada, y fundó el diario “España”, en Tánger, del que fue director y propietario. Corrochano tuvo que vencer innumerables vicisitudes, como periodista y español. Entregado a la diaria tarea periodística consiguió tiempo también para escribir... el libro "¿Qué es torear?" (Introducción a la tauromaquia de Joselito). Una vez confesó que Marruecos y los toros eran el resumen de su vida. La popularidad lograda por Corrochano como corresponsal en Marruecos y cronista taurino fue enorme.... Los servicios que prestó a la Patria y al periodismo se le recompensaron con los títulos de comendador de Isabel la Católica y de periodista de honor, las cruces del Mérito Militar y Civil y otras condecoraciones.En febrero de 1956 le fue otorgado el premio Mariano de Cavia... poseía el premio Castillo de Chirel, de la Real Academia Española, que obtuvo un año antes. Prensa Española le tuvo siempre en las páginas de sus publicaciones. Primero en ABC de Madrid, luego también en ABC de Sevilla y en Blanco y Negro, donde últimamente explicaba la cátedra taurina en artículos certeros, que eran seguido por miles de lectores. Su labor como escritor taurino culminó con “La Tauromaquia de Domingo Ortega” y el libro “Cuando suena el clarín”, con el que tercia en la polémica suscitada por Ernest Hemingway en su “Verano sangriento”. Tercia y pone las cosas en su sitio, muy cabalmente.
CORRESPONSAL DE GUERRA.
Al igual que hicieran los compañeros suyos de “ABC” durante la campaña militar de 1909: Sánchez Ocaña y Alba. En 1921 Gregorio Corrochano se desplazó hasta Melilla para informar acerca del Desastre de Annual y posteriores avances y reconquista del territorio perdido.En años sucesivos, hasta la finalización de la guerra de Marruecos en 1927, e incluso después siguió visitando nuestra ciudad. Corrochano, por sus comentarios acerca de algunos aspectos observados en la campaña de 1921, sería coaccionado por algunos mandos del Ejército español, a través de cartas colectivas.El escritor Juan Guixé en su libro “El Rif en sombras. Lo que he visto en Melilla”, narró varias de las trabas y coacciones de que fueron objetos los corresponsales de guerra desplazados a la zona de Melilla.Las dificultades en 1921 fueron muchas y el estado de ánimo de los militares no era el más apropiado para facilitar la labor periodística que demandaba ansiosamente la sociedad española. Si, Gregorio Corrochano, amigo íntimo del general Sanjurjo y redactor del diario monárquico ABC era amedrentado, peor suerte corrieron otros corresponsales, como fue el caso de Victor Ruiz Albéniz, “El Tebib Arrumi”, quien fue agredido por el hijo de un jefe.En las páginas del diario melillense “El Telegrama del Rif” son frecuentes las informaciones acerca de las estancias de Corrochano en nuestra ciudad. En el año 1925 y en un homenaje tributado por los periodistas a Sanjurjo, Corrochano fue el encargado de hacer la entrega de un obsequio al popular general. Y coincidiendo con una serie de homenajes que la ciudad de Melilla rindió al general Sanjurjo, en agradecimiento por haber terminado con la pesadilla de las campañas de Marruecos, los periodistas presentes en nuestra ciudad ofrecieron un almuerzo a Gregorio Corrochano.En ese mismo año nuestro periodista toledano prologó el libro “El bar americano en España”, de Pedro Chicote, a quien había conocido como soldado en Marruecos.Después de pacificado el Norte de Marruecos, el gran periodista de ABC siguió visitando Melilla, como fue en los meses de julio de los años 1928 y 1929. En esta última, seguro que intervino ante los periodistas locales y la Junta Municipal a favor de la creación en Madrid de la Casa de Nazaret, una iniciativa del fundador del diario ABC para ofrecer albergue a las viudas desamparadas de los periodistas. El Municipio melillense, regido por Cándido Lobera, colaboró aportando un donativo de quinientas pesetas.
CAMPAÑA ELECTORAL.
Gregorio Corrochano como buen amigo del general José Sanjurjo, apoyó a éste en momentos difíciles, cuando encontrándose en la cárcel de Santoña tras su fallido golpe de estado del 10 de agosto de 1932, intentó presentarse como candidato republicano e independiente, a unas próximas elecciones generales. Corrochano lo apoyó incondicionalmente desde las páginas del diario ABC de Madrid.El rotativo local “El Telegrama del Rif” en su edición del día 17 de noviembre de 1933 se hizo eco de lo escrito por Corrochano en el diario del que era redactor. Bajo el título “Una crónica de Gregorio Corrochano sobre el general Sanjurjo y Melilla”, recogió el artículo original que en ABC se encabezó “Sanjurjo candidato y patrón de Melilla”.En la mencionada crónica Corrochano escribiría: “Al saber la noticia de que el nombre del general Sanjurjo anda en candidatura por Melilla nos hemos llenado de recuerdos. Melilla y Sanjurjo nos suena a cosa tan ligada como un apellido compuesto.Melilla nos parece el segundo apellido del general... En aquellos días de julio (1921), la angustia del estío africano se complicaba con la angustia de un desastre militar, agravada con la ausencia de noticias. Un silencio de muerte rodeaba a la ciudad. ¿Qué ocurriría en el campo?, ¿Pero existía el campo ( Protectorado ) o se había roto el planeta a las puertas de Melilla...Se supo que el general Sanjurjo acudía en un barco en socorro de Melilla. La población poco a poco, instintivamente, se fue acercando al mar, por donde había de venir Sanjurjo...Aquella noche Melilla durmió tranquila. El que no durmió aquella noche fue el general Sanjurjo...Yo no pido votos. Soy un amigo que conozco su modestia, pero también su dignidad, y pedir nada para él sería traicionarle. Yo no pido voto. Recuerdo solamente...”.Debemos apostillar al respecto, que en 1921 y años posteriores, el general Sanjurjo fue muy popular en Melilla por haberla salvado en el Desastre de Annual. Más al estallar la guerra civil y fallecer el accidente de aviación en Portugal, donde se encontraba exilado, cuando se disponía a encabezar la sublevación militar. Su nombre quedó relegado a favor del general Franco, a quien algunos para enaltecer asignó el brillante papel que en nuestra ciudad tuvo el general Sanjurjo. Incluso a Franco se le honró en Melilla con un monumento a su muerte, por su participación secundaria en la campaña de reconquista del territorio perdido en 1921. Hace un par de años tuvimos la ocasión de contemplar en la fachada del número 14 de la calle Ejército Español, cuando se procedía a la retirada de la pintura antigua para su remozamiento. Restos de una pintada simétrica y fechada en 1933 que decía “Vota Sanjurjo”.
DIARIO “ESPAÑA”.
En el mes de octubre de 1938 Gregorio Corrochano fundó el rotativo “España” en Tánger, por iniciativa del general Francisco Franco, quien quiso disponer de un medio de propaganda nacionalista en ese estratégico enclave internacional del estrecho de Gibraltar. En el “España” trabajó un hijo de José Mingorance, antiguo propietario del diario “El Popular de Melilla” y Diego Mullor Heredia, caricaturista vinculado a nuestra ciudad desde 1911. Y también colaboraron Jacinto López Gorgé y Fernando Martínez Valderrama. Corrochano compró el diario “España” y creó la editora Marroquí, S.A. de la que fue accionista mayoritario. Participación que a su vez vendió en 1957. El nombre de Gregorio Corrochano permanecerá siempre unido en Melilla al de la Fiesta Nacional por haber asignado a nuestra actual plaza de toros la denominación de “Mezquita del Toreo”.
Basado en un trabajo de JUAN DÍEZ SÁNCHEZ. Aporte fotográfico: Pepe Marqués.
Fue uno de los que mas contribuyó – con sus crónicas en ABC y Blanco y Negro, muy leídas – a popularizar la figura de Franco durante la Guerra contra Abdelkrim y él se lo reconoció siempre. Recordemos que el Franco conocido entonces, era el hermano menor, Ramón, por su participación en el vuelo del Plus Ultra.
Con Sanjurjo – a través de este conoció a Franco, cuando era un joven oficial – salía de reconocimiento y, ambos, tenían un sistema para averiguar el resultado final de la jornada; se valían de la presencia o ausencia de buitres en el cielo. O no se veían y “les iba a salir de balde” o su presencia sobrevolando el paso de las tropas, les indicaba que iba a haber “mucho barud”. Y había barud, mucho barud.
Probablemente haya sido el cronista taurino mas serio, concienzudo y técnico, de todos los tiempos. Siempre pendiente de explicar el por qué del toreo, la lidia. Y seguro ha sido unos de los hombres que, sin ponerse delante de un toro, han llegado a conocerlos mejor.
Lo poco que entiendo de esto, se lo debo a Miguel en la plaza y a él, después, con la pluma; era muy didáctico. Tuve la suerte de conocerle en Tánger y de acompañarle a la Plaza, en Madrid, unas cuantas veces.
Fue uno de los mejores amigos del padre de los Dominguines.
Fotografías: La mezquita taurina y Don Gregorio con el General Sanjurjo.
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