06 junio, 2007

06.06.2007. ZALDUENDOS RECHAZADOS.-

MORANTE VIENE A MADRID "DE LEGIONARIO".
RECHAZAN LOS SEIS ZALDUENDOS PREVISTOS - ¿COMO SERIAN? - SON SUSTITUIDOS POR "UN SALDO".
Las cosas que comienzan "así", huelen a escándalo.
Vergonzosa la manera de Telemadrid, de presentar el festejo, hurtando a los telespectadores el “baile” habido en los corrales.
1.- Gavira. Sin fuerza, se quedó sin picar. En la muleta sacó la raza y desarboló al matador. Mató mal. Habría brindado al Rey, “por su Majestad, España y la paz”. Todo se pega.
2.- Sorando. El toro no valía un duro. Mató muy mal.
3.- Ana María Bohórquez, origen Osborne. Sin fuerzas. Se le pica trasero – a un toro que llevaba la cara alta – y, naturalmente, no fue ahormado y nunca humilló. Cuatro mantazos.
A estas alturas de la corrida, el Rey se aburría y lo mejor de la tarde, había sido lo elegante que estaba Rafael de Paula, su apoderado.
4.- Rosario Osborne, de nombre Zapatero, una ratita con muchos pitones y sin fuerza, que debió haber sido devuelto, por doble motivo. Desarme con el capote. Buen par de “El Madrileño”. Bailando con la muleta, el toro se cae, incluso toreando por alto. Lo intentó, pero no pudo. Aliño. Mató caído.
5.- Sorando. Jipío capotero. Picado trasero. El toro le había avisado por el pitón izquierdo, pero ayuno de oficio, volvió por dicho pitón y fue cogido por quedarse mal colocado. Llevaba sangre en la cabeza cuando pasó a la enfermería. El sobresaliente primero, Alejandro Castro, mató aseado. Todo quedó en un golpe con la pala del pitón en la cabeza, lo que le permitió volver, tras una espera eterna, inadecuada e intolerable. ¿Para que están los sobresalientes?
6.- Núñez del Cuvillo. Terciado, con trapío justito. En el capote, humilla por el derecho y rebrinca por el izquierdo. Verónicas aceptables, muy barrocas, demasiado abigarrado. Se vuelve a picar trasero ¡que desastre! Quite; mas verónicas. El segundo puyazo, un simulacro impropio de Madrid. Otro quite, este por delantales, muy sevillano, más barroco, demasiado artificial, empalago de almíbar agrio. Toma las banderillas, para colocar dos al cuarteo vulgaris y un tercero al quiebro “a toro pasado”. Comienza por bajo, mas barroquismo salomónico. Continúa por naturales, mal colocado, sigue con derechazos y prolonga la faena para nada – a criterio de este aficionado – hasta el punto de que le envían un aviso antes de entrar a matar. “Metisaca” en los bajísimos, estocada muy caída. El público pidió – y obtuvo – una oreja: lo van a acostumbrar muy mal, aunque sea reglamentario.
Me alegro muchísimo de que no sufriera una cornada.
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